Ríos contaminados, deforestación, deslaves de cerros, mortandad de peces, erosión del campo, tierras infertiles. El pecado del hombre afectó seriamente la ecología de nuestro planeta. El apóstol Pablo dice que la tierra también espera ser redimida, mientras tanto la creación gime y se convulsiona como con dolores de parto (Romanos 8:22). Los terremotos, huracanes, inundaciones y sequías no son otra cosa que el clamor de la naturaleza esperando que los hijos de Dios se manifiesten.

¿Lo oyes? ¿Escuchas el gemir de la creación? ¿Puedes sumarte hoy a ese clamor de redención? Oremos por la tierra, por el campo, por las selvas, montañas, costas y ríos. Que la gloria de Dios se manifieste en nuestra tierra.

Padre Dios, creador del cielo y la tierra, creador y salvador mío. Gracias por este día, que declara tu majestad y grandeza. Todo a mi alrededor proclama cuán grande es tu poder, y cuán incomparable tu sabiduría.

Tuyos son el cielo y la tierra, tu señorío abarca todo el universo. Te bendigo, Señor. Te alabo y adoro.

Padre bueno, te pido por nuestra tierra mexicana. Te pido por sus costas y mares, por sus montañas y valles, por sus desiertos y poblados. Sana, Señor, nuestra tierra. Bendice sus campos con fructificación, su ganadería con multiplicación y salud. Multiplica los recursos naturales.

Sana nuestros ríos, bendice sus aguas para que lleven vida y salud a nuestras tierras. Renueva nuestros mares.

Envía tu lluvia sobre nuestra tierra, sobre nuestros campos, sobre las ciudades, que volvamos a oler el aroma a tierra mojada por tu lluvia, que sean llenas las presas de cada estado, y que todo México pueda reconocer que eres tu, quien abres los cielos y tienes misericordia de tu tierra y de nosotros. Que tu Reino venga, y se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. En el Nombre del Señor Jesús. Amén.

Padre del cielo y la tierra, te honramos. Te reverenciamos. Damos la gloria debida a tu Nombre, te adoramos en la hermosura de tu santidad. Bendito eres tú, y bendita la gracia que derramas a diario sobre nosotros.
Dios grande y poderoso, pido por prosperidad para mi Nación. Quita de nuestra tierra todo lo que impida tu bendición. Arranca de nosotros el egoísmo, la maldad, la ignorancia. Somos nosotros los que maltratamos tu creación. Perdónanos. Derrama tal abundancia en nuestros campos e industrias, en nuestros mares y montañas, que todo el mundo vea que estás mirando a nuestra Patria con favor y gracia. Que en nuestro país no haya un solo niño con hambre, ni una familia desamparada, ni una persona desempleada.
Te lo pido por Jesucristo nuestro Señor,
Amén.