México es un país bendecido. Fue bendecido por hombres y mujeres de Dios que muchos años atrás vinieron a predicar el evangelio de Jesucristo. Fue bendecido por iglesias y denominaciones que se mantuvieron firmes en persecuciones y violencias.

Fue bendecido por avivamientos y regalos del Espíritu Santo que salieron de esta tierra a todo el continente. Ciertamente Dios ama a México, y es un sentimiento mutuo, pues México ama a Dios. El destino de nuestra nación fue escrito en el cielo por el dedo de Dios, dice nuestro himno.

Aunque los tiempos se hayan puesto difíciles, los mejores días de México están todavía por venir. Y la iglesia cumplirá un papel fundamental para que las promesas de Dios se hagan una realidad.

Los cristianos de México oraremos, ayunaremos, intercederemos delante del trono de la gracia. Evangelizaremos, serviremos al Señor, predicaremos el evangelio a toda criatura en esta bendita nación.

Y Dios, solícito por esta su tierra, volverá a visitarnos.

El cielo tocará la tierra aquí, la nación donde el águila mata a la serpiente.

Alabado y adorado sea tu nombre, Señor Dios del cielo y de la tierra. Tú eres el Señor de mi vida. Eres el Señor de la iglesia. Y eres el Señor de nuestra nación. Gracias te doy por México, por su tierra y por su gente. Gracias porque su destino está escrito por tu mano, Señor.

Gracias por lo que hiciste en México, trayendo gloria a tu nombre. Y gracias por lo mucho que todavía vas a hacer en esta tierra bendita.

Te pido, Señor, por nuestra nación mexicana. Por su presidente, por los secretarios de Estado. Te pido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación y sus ministros. Por los gobiernos de los estados.

Especialmente te pido por las fuerzas armadas y de seguridad. Guárdalos, Señor Dios. Cuida sus familias, provee para sus necesidades. Que el Sol de Justicia amanezca sobre este país, y todos lleguen al conocimiento de tu amor y salvación.

En el nombre de Jesús. Amén.

Padre y Dios nuestro, bendito por siempre eres tú. Eres el Dios del universo, y el Dios de las naciones. Rey de reyes y Señor de señores eres. Gobiernas con autoridad, y tu dominio es eterno sobre todo lo que existe.

Gracias por este día, por tus obras en mí y en mi país. Te amamos, Señor. Te queremos. Deseamos ver tu gloria resplandeciendo en todo el territorio de México. Desde el Río Grande hasta Tapachula, desde el Golfo de México hasta el Océano Pacífico, sea tu nombre glorificado.

Señor, trae paz y justicia a México. Que la violencia y la corrupción no encuentren cabida en nuestra tierra. Que cesen las matanzas, los secuestros, las violaciones, el narcotráfico y la desaparición de personas.

La sangre derramada clama desde la tierra a ti Señor, por justicia. Príncipe de Paz, trae reposo a esta nación. Sana nuestra tierra. Salva a tu pueblo mexicano.

Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén.