Devocional Día 7
ORACIÓN PARA QUE LA VIOLENCIA EN MÉXICO SE ACABE
El profeta Isaías nos dice que el Mesías, Jesucristo nuestro Salvador, fue “despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto” (Isaías 53:3) Jesús conoció en carne propia el odio, la violencia, la tortura y aun la muerte.
Sufrió la injusticia para traernos justicia. Sufrió la muerte para darnos vida. Sufrió la violencia para que conozcamos su paz. El castigo de nuestra paz, dijo Isaías, fue sobre él.
Él es un Sumo Sacerdote que conoce nuestra debilidad, y sabe lo que es el sufrimiento. Por eso podemos hoy acercarnos a él para pedir por la paz de nuestra nación, que se acabe la violencia, el narcotráfico, las torturas, los asesinatos, los secuestros y extorsiones. Y que en el territorio nacional reine la paz que sólo el Príncipe de Paz puede dar.
Oración de la Mañana
Isaías 54:14 “Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti.
15 Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá.”
Dios poderoso, Padre eterno, Príncipe de paz, alabado seas, glorioso Dios. Te adoro. Me postro ante ti en humildad y amor, y me rindo todo a ti. Tú eres digno de adoración, de honor y reverencia. Tu trono, oh Dios, es trono de justicia y verdad. Juez justo y perfecto eres tú.
Hoy te pedimos por las víctimas de la violencia en nuestro país. Te pedimos por las familias dolidas, desmembradas por causa de la agresión y la muerte. Por las madres que perdieron sus hijos, por las viudas, por los huérfanos que lloran en nuestra nación. Consuélalos, Señor. Hazles justicia. Ampáralos y protégelos. Que la amargura y el odio no les quiten el futuro. Venga tu reino, y se acabe la violencia y los crímenes en nuestra tierra. Que haya paz y justicia.
En el Nombre de Cristo Jesús. Amén.
Oración de la Tarde
Salmo 79:11 “Llegue delante de ti el gemido de los presos;
Conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte.”
Padre nuestro que estás en los cielos, alabado y adorado por siempre. Bendito eres, Señor. Bendito tu poder para salvar y librar a los oprimidos, para vendar a los quebrantados, para abrir las puertas de la cárcel a los que están presos por el pecado y la maldad. No hay Dios tan grande como tú, Señor. Grande en misericordia, eterno en amor.
Te pido hoy otra vez por mis hermanos en todo el país que están siendo víctimas de secuestro o extorsión. Líbralos, Señor. Sálvalos. Preserva sus vidas y sus familias. Apiádate de ellos, Salvador nuestro. Rompe sus cadenas, destruye al violento y al opresor. Sácalos a libertad. Guarda sus familias y sus bienes. Hazles justicia. Dales paz.
En el Nombre de Jesús te lo pido. Amén.

