Devocional Día 8

ORACIÓN PIDIENDO PERDÓN POR LOS PECADOS DE LA NACIÓN

El ser humano peca, y los pueblos también pecan. Dios se enoja con el pecador, y también con la nación pecadora. El profeta Daniel, en el exilio de Babilonia, conocía bien esta verdad. Por eso, viendo el castigo de Dios sobre su pueblo, se humilló delante de Dios, confesando su pecado, el pecado de su pueblo y el de su nación: “Hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas” (Daniel 9:5)

Aunque individualmente no tengamos culpa, colectivamente somos responsables por lo que sucede en nuestra nación. Y también podemos revertir el curso de acción arrepintiéndonos delante del Señor por los pecados de nuestro pueblo. La intercesión humilde del pueblo de Dios puede frenar la mortandad y atraer el favor de Dios sobre nuestra tierra.

Oración de la Mañana

2 Crónicas 7:14  “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”

Dios de amor y justicia, Santo, Santo, Santo eres tú. Reconozco tu grandeza y poder. Perfecto eres, Señor, en todo tu obrar. En ti no hay cambio ni variación. Eres el mismo de ayer, hoy y por siempre. Eres muy limpio de ojos para ver el mal, no toleras la iniquidad, das el pago a cada uno según sea su obra.

Por eso yo me humillo delante de ti a favor de mi pueblo. Perdónanos, Señor. Hemos pecado, hemos hecho lo malo delante de tus ojos. Hemos cometido injusticia, hemos sido rebeldes a tu Palabra. Perdónanos, límpianos, quita la iniquidad de nosotros. No te ofendas con tu heredad, no estés para siempre enojado con nosotros. Te necesitamos, Señor. Míranos con favor, perdona nuestros pecados, sana nuestra tierra.
Por los méritos de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración de la Tarde

Isaías 1:16  “Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.

Venid luego, dice Jehová,  y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí,  vendrán a ser como blanca lana.”

Padre del cielo, Dios de luz. Exalto tu Nombre, confieso tu majestad y tu potencia. Maravilloso eres, Señor. Grande en misericordia, lento para la ira, infinito en favor y gracia. Te adoro Dios mío y Rey mío.

Pido otra vez por mi Nación. Me humillo ante ti, intercediendo por mi pueblo. Me arrepiento por los que no pueden arrepentirse. Lloro por los que tienen un corazón endurecido y cerrado a tu Espíritu. Perdónanos, Señor. Líbranos de violencias.

Hemos sido malos y egoístas. Hemos oprimido al extranjero, al huérfano y a la viuda, no obramos de acuerdo a justicia, nos hemos corrompido, nos hemos envanecido.

Hemos adorado a dioses falsos, a ídolos de piedra y de madera. Perdónanos, Dios. Vuélvenos a ti. Hónranos con tu presencia. Derrama tu gloria en nuestra tierra. En el Nombre de Jesús. Amén.